HA-LAPID 5 ========================================== rehusar diciendo: "Que nl él podia ser hipó- crita ni buscaba otra cosa qua la verdad" Su SEPÁRACION DE LA GREY ISRAELtTA Spinoza aplicó a las doctrinas rabínícas el gran pricipio del cartesianismo: la duda provisional Propagóse el secreto y la exco- muníón llegó. Los que pretendíeron ser sus amigos invitáronle a que revelara sus ver- daderos sentimientos sin níngún temor. Spi- noza sorpreendido, respondíó riendo! "Ya teneis a Moisés y a los Profetas, que eran verdaderos Isrealistas y que han resuelto todas las cuestiones. Seguidlos sin esorúpulos sl sois Israelitas". Se habló de la materiali- dad e inmaterialidad de Dios. Sobre la na- turaleza de los Angeles y mil otras cuestio- nes. Pero Spinoza no expuso sus doctrinas y prometió hacerlo en otra ocasión. Observó mientras tanto la conducta de sus amigos y pudo al fin amargamente darse cuenta de la intención que les movía a enterarse de sus opíniones y tuvo que evitar todo trato con ellos. Dió comienzó la venganza. Se comenzó a decir "que era un ímpio con bastante habilídad para enganar a Morteira" y que lejos de consíderársele como futuro sosté de la Sinagoga debía ser mirado como el que habia de destruirla. Se enteró el pueblo, se enteró la Sinagoga. Los doctores, condena- ron sin escucharle. Un dia fue' llamado ante los jueces y negó rodundamente una serie de crímenes que se le imputaban. Entonces sus falsos amigos se presentaron a deponer contra él, afirmando "haber escuchado de sus labios blasfemias espantosas", y los jueces senten- ciaron condenándole sin dar tiempo a su defensa. Morteira advirtiendo el peligro que su discípulo corría intentó salvarlo denoda- damente. Presentóse en la Sinagoga, y como jefe de ésta, después de haber gastado su elocuencia en convencerle, amenazóle en solemne tono con la excomuníón más terri- ble si en el instante no daba prueblas de arrependimento. Spinoza respondíó a las pa- labras de su maestro sin asombro ní temor: "conozoo el valor de tu amenaza y a cambio del trabajo que to tomaste en ensenerme la lengua hebrea, quiero indicarte la manera de excomulgar". Morteira, ya odiaba a Spinoza y prometió volver con el rayo entre las manos. Pasó el plazo concedido y hubo que se- nalar día para la excomuníón. Spinoza al tener riotica de ello exclamó: "Enhorabuena; no se me obliga más que a aquello que da buena voluntad hubiera hecho a no temer el escândalo: Puesto que asi lo quieren, entro oon gozo en el camino que se me abre, con el consuelo de que mí salida de vuestro lado, os aún más inocente que la de los primeros hebreos de Egipto. Aunque mi subsistencia no está más segura que la suya, nada me llevo de nadie, y hágase oonmigo lo que se quiera. Puedo decir que nada tienen que reprochar- me". La excomunión de Spinoza fué de las llamadas "Harem" (Separación). El pueblo se reúne en la Sinagoga, alumbrada con bu- jias negras; se abre el Tabernáculo en que se guardan los libros de la ley, el Chantre entona con voz lúgubre las palavras de la execración y otro Chantre hace sonar un cuerno o trompa. Entonces, gota a gota se víerten las bujías en un cubo de sangre y el pueblo grita "amen" poseído de cólera. La excomuníón está concluída. Este trance lo pasó Spinoza el 27 de julio de 1656. Texto de la excomunión de Spinoza La excomuníón de Spinoza fué de las más terribles de las llamadas "Schamiatha". En 1862, Van Vloten pudo encontrar la centencia y la publico enteramente. Traducida directamente del portugués, dice así: "Nosotros, señores de Mahamad, hacemos saber a Vds., que a dias que tenemos noticias de las opinio- nes y obras de Baruch Spinoza, habiendo procurado retirarlo por diferentes caminos y promesas de sus malos caminos, no podiendo remediarlo y por el con- trario teniendo todos los dias nuevas noticias de las horrendas herezías que praticaba e insinuaba y enor- mes obras que obraba, de lo cual tenemos muchos testimonios fededignos que han sido depuesto y tes- timoniados todos en presencia de dicho Spinoza que ha corroborado lo cual en presencia de los senores. Se ha deliberado y eh parecer es que Spinoza sea sepa- rado y apartado de la Nación de Israel, como dice el Herem: Como sentencia de los Anjos como ordenan los Santos separamos, apartamos y maldecimos a Baruche de Spinoza con consentimento de la Sinagoga y de todo este Colegio; to separamos de la Torah y de los seiscientos trece preceptos que están escritos; lo rechazamos con el Herem con que rechazó Jeosuah a Jericeho. con la maldicion de Elischah a los Mossos con todas las maldicianes que están escritas en la Ley: Maldito sea de dia y maldito sea de noche; Maldita sea al acostarse y maldito sea al levantarse; Maldito sea al salír, y maldito sea al entrar. Dios no le perdone y que su furor se derrame sobre la ca- beza de ese hombre y haga caer sobre el todas las maldiciones. Que dios borre su nombre bajo el cielo y lo persiga con todas las mardiciones que estan inscritas en la Torah. Y vosotros, que estais espe-
N.º 053, Shebat 5693 (Fev 1933)
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